Used Words

Con palabras usadas, 
gastadas por el tiempo y la costumbre,
cuyo último temblor ya no se siente.
Con palabras, como sueños, quemadas por la vida,
esta noche de lluvia hablo contigo,
trato de hablar al menos, ligeramente ebrio,
construyendo cada sílaba en el país de nunca jamás.
Y sintiendo esa repentina lucidez
con la que, de pronto, rompemos la rutina de ser y conocernos, 
sintiendo, digo, esa rara sensacíon, distante y desangrada,
del whisky, de la noche y el silencio,
de la entusiasta desesperación con que aceptamos la derrota,
de ese vértigo, a veces, sólo a veces, tuyo y mío,
donde morimos sonriendo con los ojos abiertos.
Sintiendo lo poco que es un beso al fondo de tu lengua,
o tus ojos mirándose en los míos,
o nuestras manos unidas en el aire, 
recorriendo un museo de aceptados fracasos.
Desfilan, batallón desolado de fantasmas,
nombres y nombres con distinto eco. 
Pretendemos, con abolidos rostros, fechas caducadas,
             ciudades imposibles,
contestar una vieja pregunta
cuya respuesta sólo la muerte ya conoce.
Años y años, voluntarios exilios de seres y países, 
los hijos que no quise tener, los que tú sí tuviste,
el temblor del deseo que aún guardas en tu piel,
mi repetido navegar de cama en cama,
se reúnen y afirman su destino
frente a la ceremonia del amanecer.
Y todo lo sabemos y está escrito en tus ojos,
sin embargo hoy, este día con sol - tan raro en Bogotá - 
de finales de julio, de algún año cualquiera,
te propongo mi amor, decir que nos queremos.
Decir - y son tan sólo ejemplos - «hoy existe la vida por
        nosotros»
o «tú no te morirás nunca»
o, tal vez, «aún hay noches y noches que esperan 
nuestros brazos, ese especial calor de dormir abrazados».
Olvidando, tratando de olvidar nuestro pasado,
ignorando el futuro, sin duda inalcanzable,
con palabras gastadas, decir y repetir
- es otro ejemplo - «gracias mi amor por haber existido».
Al menos por un rato - a nadie molestamos - 
con palabras usadas mentirnos y mentirnos,
mentirnos contra el tiempo, despreciar su victoria.
 
 
Envío
Te dejo este poema
confuso, absurdo, largo,
para que tú lo tengas como un pañuelo viejo
a los pies de tu cama, para que tú lo tengas,
y un día te o encuentres, confuso, absurdo, largo,
un día como este - cuando ya no estaremos -,
y recuerdes, debajo de la ducha,
que alguna vez te quise - mentiras y mentiras -,
que alguna vez te quise - era un día de julio -,
con palabras usadas, como un disco rayado,
que recuerdes, mi amor, esta letra de tango.

Juan Luis Panero
Poesia Completa (1968-1996)
Tusquets Editores 

Luz de Septiembre


No era el deseo, no era la ternura
que después de los años levemente nos roza.
No era el amor ni la feliz claridad de aquellos días,
no era la soledad, tampoco la tristeza.
Quizá no era nada, un ligero temblor
recorriendo mi piel hasta más allá de tu sonrisa,
un instante tan sólo arrebatado al tiempo,
la desolada transparencia de unos ojos.
Torpes como el que ebrio cae al agua
y en lo irreal, titubeante, se aferra,
eligiendo fugaz entre el cansancio
y la vida que sube por su pecho,
así flotaban nuestras palabras,
así escuchábamos el silencio oculto en ellas.
Luz de septiembre tras las ocres cortinas,
luz roja resplandeciente en tus cabellos.
No era el amor, no era el deseo,
sino algo más poderoso,
la certidumbre de lo que pudo ser.
De lo que un momento en nuestras manos
poder de realidad y sueños tuvo
y que ahora, con arañado menester, nos acerca
y nos llama, inútilmente,
lo mismo que si fuera el corazón de una campana
doblando en el silencio de la noche.

Juan Luis Panero
Poesia Completa (1968-1996)
2000
Tusquets Editores 

No hay palabras


Tocas un cuerpo, sientes su repetido temblor
bajo tus dedos, el cálido transcurrir de la sangre.
Recorres la estremecida tibieza,
sus corporales sombras, su desvelado resplandor.
No hay palabras. Tocas un cuerpo; un mundo
llena ahora tus manos, empuja su destino.
A través de tu pecho el tiempo pasa,
golpea como un látigo junto a tus labios.
Las horas, un instante se detienen
y arrancas tu pequeña porción de eternidad.
Fueron antes los nombres y las fechas,
la historia clara, lúcida, de dos rostros distantes.
Después, lo que llamas amor, quizá se torne forzada promesa,
levantado muro pretendiendo encerrar,
aquello que únicamente en libertad puede ganarse.
No importa, ahora no importa.
Tocas un cuerpo, en él te hundes,
palpas la vida, real, común. No estás ya solo.
 


"A Través del Tiempo", 
Juan Luís Panero
1968